La Eurozona debería mirar a su socio en el Este y comenzar a planificar un paquete de estímulo adecuado que convenza a todos de su sinceridad en querer un cambio.
Japón y la crisis mundial
Mirando hacia atrás en la historia económica de Japón, parecería que el país y su gente han creado un sistema de finanzas y gastos económicos a prueba de fallos. Como miembro del Grupo de los Ocho, Japón ha logrado mantener su gasto del PIB en un nivel récord, sin riesgo de colapsar su economía o asumir una enorme deuda pública.
En los estándares actuales, la economía de Japón sigue siendo la tercera más grande según el PIB nominal, con Estados Unidos y China ocupando los dos primeros lugares. También es la segunda economía más grande del mundo. El hecho es que Japón invierte la mayor parte de sus fondos en campos en los que está seguro de tener la mano de obra profesional. Por ejemplo, debido a los crecientes niveles de competencia de los fabricantes de China y Corea del Sur, Japón decide dedicar su fuerza laboral calificada a la creación de productos especializados como la robótica y el automóvil híbrido.
El nuevo plan económico implementado por el Primer Ministro de Japón, Shinzo Abe, está poniendo a Japón en el camino correcto que potencialmente verá al país eliminar casi dos décadas de crecimiento estancado. Quizás esta sea la estrategia que la Eurozona podría implementar también. Con la inflación de la Eurozona acechando a la vuelta de la esquina, muchos economistas y analistas financieros predicen que el actual índice de precios al consumidor en caída seguirá desplomándose a menos que el Banco Central Europeo reduzca su estricto control sobre las condiciones crediticias.
A pesar de que el banco central redujo su tasa de interés principal a un bajo 0.5%, las caídas han persistido, lo que indica una demanda débil y una necesidad aún mayor de un paquete de estímulo para reactivar la economía una vez más.
Entonces, ¿qué podemos aprender del éxito económico de Japón en el primer trimestre del año? Mientras Shinzo Abe propuso que se implementarían dos aumentos de impuestos en el futuro, elevándose del 5% al 8% en abril de 2014 y luego al 10% en octubre de 2015, se declaró claramente que estos aumentos de impuestos solo se implementarían en función de las condiciones económicas del país en ese momento.
La economía de Japón evidentemente creció un 0.9%, superando las expectativas de solo lograr un crecimiento del 0.7%. Esto marca una nueva generación de hogares que están ganando confianza hacia el gobierno, con un aumento en el consumo de los hogares y las exportaciones netas. Irónicamente, a pesar de que muchos dicen que los aumentos de impuestos planificados son males necesarios para promover el crecimiento económico del país en el futuro, tiene muchos más beneficios a corto plazo que han sido pasados por alto. Aunque existen temores de que los aumentos de impuestos planificados a mediados de 2014 en adelante pongan al país en una recesión de la que ha estado tratando desesperadamente de salir en primer lugar.
Entonces, la Eurozona debería mirar a su socio en el Este y comenzar a planificar un paquete de estímulo adecuado que convenza a todos de su sinceridad en querer un cambio. Si no se hace un esfuerzo real por parte de ningún país o gobierno, la crisis actual nunca se resolverá.
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